El conflicto es algo inevitable en cualquier ámbito en el que se relacionan personas. La convivencia viene generando desde hace tiempo un malestar creciente en los centros educativos. La violencia escolar y los problemas de convivencia han propiciado una visión de desconcierto e incertidumbre.
Hablamos de comportamiento y actitudes para las que el centro educativo no parece tener respuesta, o mejor dicho, la respuesta que da no resulta eficaz.
Frente a la respuesta tradicional, y casi única, del método punitivo, se está abriendo paso de manera lenta pero consistente, una nueva manera de abordar los problemas de convivencia en las aulas.
Hablamos de la Mediación, un concepto que se aplica desde hace mucho tiempo con contrastado éxito en los conflictos internacionales, o en el mundo laboral y que se inserta como un elemento más en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Entre sus ventajas están; la reducción del número de sanciones y expulsiones, la disminución del número de conflictos, la mejorara de las relaciones interpersonales, el desarrollo de las capacidades de diálogo y la mejora de las habilidades comunicativas.
La mediación es un método para resolver disputas. Es un proceso voluntario en el que se brinda la oportunidad a dos personas en conflicto para que se reúnan con una tercera persona neutral (mediador) para hablar de su problema e intentar llegar a un acuerdo.
Es un acto cooperativo en vez de competitivo, está orientado hacia el futuro en vez del pasado, siempre hay dos posibles ganadores, se basa en un proceso de resolución de conflictos, exige honestidad y franqueza, se preocupa por las necesidades en vez de las posiciones, no es amenazante, no es punitivo, es voluntario y es confidencial.
El mediador o los mediadores no imponen soluciones, no adquieren el papel de juez, no opinan sobre lo tratado, simplemente favorecen y regulan el proceso de comunicación con una escucha activa y buscan en todo momento el acuerdo entre las partes en litigio y la solución satisfactoria. Los mediadores intervendrán para conducir el proceso de mediación y evitaran que broten nuevos conflictos.
Para el desempeño de sus funciones en el proceso de mediación los mediadores deben mantener en todo momento una escucha activa, mostrando permanentemente interés, empatía, y cordialidad.
Durante el dialogo se clarificarán los conceptos aclarando cuanto sea necesario de las intervenciones de las partes.
Se parafraseara, es decir, diremos con nuestras propias palabras lo que antes hemos escuchado, para delatar escucha permanente y facilitar la reflexión a los implicados.
Agruparemos, ordenaremos y resumiremos la información que se vaya produciendo para que ambas partes tengan una visión general del conflicto y para que estas puedan valorarlo adecuadamente. Y se averiguaran los sentimientos que han afectado a la persona implicada en la etapa que llamamos reflejar.
El proceso de mediación, como todo proceso ordenado, sigue una serie de fases con las que se fomenta el entendimiento, la clarificación y con las que se busca el pacto y el compromiso. Consta de tres fases, una antes, otra durante y otra después.
En la fase de premediación se explican y se generan las condiciones óptimas para la mediación y se solicita la aprobación para asistir a esta.
Con la propia mediación, es decir en él durante, se presentan las reglas del juego, se pasa por la etapa de cuéntame, se aclara el problema, se proponen soluciones y si todo va bien se llega finalmente a un acuerdo que se cumple.
Entrando un poco más en profundidad en estas, diremos:
1. Presentación y reglas del juego. Se utiliza para crear confianza entre el mediador y los implicados y se presenta el proceso y las normas a seguir en la mediación.
2. Cuéntame. Las personas que son mediadas exponen su propia versión de manera individual. Los mediadores anotan y prestan especial atención a cada una de las partes.
3. Aclarar el problema. Se identifican las coincidencias y discrepancias en las versiones para poder conocer de este modo la realidad y los asuntos importantes que deben resolverse.
4. Proponer soluciones. Se promueven posibles soluciones que ambas partes deben valorar para buscar el punto de encuentro que propicie el acuerdo.
5. Llegar a un acuerdo. Los acuerdos serán por escrito, deberán estar claramente redactados, ser factibles y ambas partes deberán firmarlos.
Después de la mediación todas las partes volverán a tener una reunión para confirmar el discurrir bajo lo pactado y comprobar si el conflicto está cerrándose.
Muy bien Luis!sigue así.
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